Seguro que lo has visto en televisión: cuando se produce un delito grave (violación, asesinato, secuestro…), la policía triangula los datos de las antenas de telefonía para rastrear el móvil de forma precisa. Obtienen un mapa exacto de su recorrido.
En España esto solo sucede previa aprobación judicial. Y, para tu desgracia, ningún juez va a autorizar el rastreo de un teléfono robado o perdido, por muy caro que sea…